La selección de pedidos hace referencia al proceso de ensamblaje de productos como parte del procesamiento de pedidos. Normalmente, esta tarea la realiza el empleado designado del almacén, también conocido como el seleccionador. En casos raros, la tarea también puede ser realizada por máquinas. El empleado responsable aprende qué productos deben ser seleccionados a partir de una lista de selección o en forma digital, por ejemplo, mediante procesos guiados por voz. Una vez que se han seleccionado los productos designados, pueden ser enviados al cliente o cargados para su procesamiento posterior.

El método de selección, o la técnica de selección específica utilizada, depende de varios factores. Los factores clave incluyen las características específicas de los artículos, la estructura general del almacén o condiciones externas, como la fecha de caducidad de productos perecederos. Los métodos establecidos incluyen los enfoques FIFO (first in, first out), FEFO (first expired, first out) y LIFO (last in, first out).

El proceso de selección en sí mismo se puede ejecutar de dos maneras: ya sea por el principio «mercancía a persona» o el principio «persona a mercancía». Como sugieren los nombres, en el primero, las mercancías son llevadas al seleccionador, mientras que en el segundo, el seleccionador se mueve hacia las mercancías. El principio «mercancía a persona» depende de la automatización, como sistemas de transportadores, mientras que el principio «persona a mercancía» se enfoca más en optimizar la ruta de desplazamiento del seleccionador.

La elección del método de selección depende de cada empresa. Independientemente del enfoque, la selección de pedidos representa un aspecto central de la logística que debe ser cuidadosamente considerado tanto en términos de tiempo como de eficiencia en costos.